martes, 23 de abril de 2013

Próxima estación "Esperanza"


 “El arma más poderosa en el Ajedrez es tener la próxima jugada” (David Bronstein)


   Entre los muchos puntos en común que podemos encontrar entre las empresas y el ajedrez, hoy quiero hablar de uno que humaniza ambos mundos, es el error de “la esperanza”.

  Muchas veces, cuando estamos pensando una jugada, empezamos con el cálculo de “si hace esto, yo contesto así y entonces tiene que responder así ...”

   El error "esperanza" consiste en las veces que nos centramos en las respuestas del rival que “querríamos” que hiciera y no valoramos todas sus posibles respuestas. De esta forma nos convencemos de la “bondad” de nuestra jugada en base a las respuestas que nos interesa que el otro haga, y claro, puede que las haga o puede que no.


   Esto que parece de Perogrullo, resulta que es un error que se da también en la vida profesional.

   He participado en brainstormings de lanzamiento de producto donde se esgrimían argumentos del tipo “si la competencia hace esto o esto, nos beneficia en este sentido…” y casualidad o no, todas las posibles “jugadas” de la competencia nos daban a nosotros como ganadores. No quiero parecer un gran gurú, pero  puedo afirmar que en la vida real de mercado en competencia, no todas las posibles respuestas nos dan siempre como ganadores.

   Tanto en el ajedrez como en el análisis de repercusiones en el mercado del lanzamiento de un nuevo producto, como casi en cualquier otro ámbito de la empresa en el que se implique a un tercero, la solución a este tipo de errores, viene por la objetividad, la valoración realista de tu posición y posibilidades, como en el ponerte “en los zapatos” del otro, pensar como si fueras “tu rival” buscando su mejor opción, y una vez que la encuentres, pensar un antídoto para ella.

   Cuando juegas muchas partidas, terminas por entender que los rivales se empeñan en hacer lo que ellos consideran mejor para ellos, por lo que aprendes a pensar como si fueras ellos, aprendes a mirar con ojos críticos, valorando objetivamente tus opciones, sin sobreestimarlas (ni sub-estimarlas, que también es un grave error)

   Respecto a este punto concreto, la mejoría como jugador viene cuando eres capaz de aplicar un filtro de realismo a tus opciones, jugando basándote en la calidad de tus decisiones y no en los errores del contrario.

   Desde el punto de vista de un departamento de marketing es el mismo planteamiento: el mejor producto es aquel que satisface una necesidad, lo hace en una proporcionalidad de beneficio-coste y además la competencia, por muy bien que lo haga, tardará mucho en replicar (o directamente no pueda hacerlo). Un producto que se base en que la competencia haga lo que nos convenga, nos habrá supuesto tiempo, esfuerzo y dinero para que su vida útil sea mínima al ser rápidamente contrarrestado por un producto mejor (su mejor jugada)

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